domingo, 30 de octubre de 2011

LA BIENVENIDA.



Calmada la caminata me llevó al bosque. Muy húmedo, el sol no pasa el follaje, la quebrada exhibe un hilo de agua.

Comienzo a sacar todo y ha instalar la línea. Hoy lo hice bastante rápido.

Entro en una habitación, estoy solo en ella.

Me cambio los zapatos, me siento un rato y comienzo a practicar la respiración yóguica llamada Nadi Shodana. Unos minutos respirando y me siento calmado, me ato a leach (línea de vida) y aparecen, súbitamente para darme la bienvenida, dos “Maestros”: El primero me muestra mis dudas, mis temores, me invita a abandonar. Este “Maestro”, me hace pensar, por algunos segundos que parecen horas, ¿Por qué estoy acá?,  ¿Por qué no me fui al parque?, me pregunta ¿no me conoces?, soy tu Yo Onírico, ese que muchas veces te hace la vida miserable, que te mantiene en zona segura, que alimenta tu ego.

A su lado, callado, se encuentra otro “Maestro”. Este deja que el primero hable. Me siento en la línea y entonces el toma la palabra: me dice, si quieres ven conmigo, yo te guío, no hagas caso al que nos acompaña, el solo persigue tu castración. Si quieres ven conmigo, conéctate conmigo, ¿no me conoces?, soy tu Yo Superior.

Respiro, enfoco mi atención, y me monto en la línea con una respiración calmada. Le doy la mano a este “Maestro” y el me guía seguro al otro lado de la línea.

Cuando llego al otro extremo, y volteo, el otro “maestro” no está, ha desaparecido como si fuera una ilusión.





viernes, 28 de octubre de 2011

Sobre Los Rituales Antiguos de Iniciación.




La iniciación en Egipto
Los egipcios practicaban la Iniciación en la Gran Pirámide que es una copia fiel del cuerpo humano y se puede decir simbólicamente que es la tumba del Dios Intimo que se halla dentro del hombre. Y para que el hombre vuelva a la Unidad con el Dios Intimo, debe buscar en su iniciación su mundo Interno, para ello, el aspirante debía penetrar en el interior de la Gran Pirámide en busca de la Iniciación.
Pero la iniciación no era pública por lo siguiente:
- Para velarlos a los ojos del profano y
- Para facilitar su comprensión al candidato.
Ahora describiremos una recreación de la iniciación en el Egipto: Amedes dice a Shetos, cuando llegan al pie del misterioso Santuario de la Iniciación:
Sus secretos caminos conducen a los hombres amados de los dioses, a un término que ni siquiera puedo nombrar. Es indispensable que ellos hagan nacer en ti el ardiente deseo de alcanzarlo: La entrada de la Pirámide está abierta para todo el mundo; pero compadezco a los que tienen que buscar la salida por la misma puerta cuyos umbrales han franqueado, no habiendo conseguido otra cosa que satisfacer su curiosidad muy imperfectamente y ver lo poco que les es dado referir.
Pero el aspirante insiste en el propósito de recibir la Iniciación y escala tras de su Maestro (el yo superior) el lado norte de la Pirámide, hasta llegar a una puertecilla cuadrada, siempre abierta, de reducidas dimensiones (tres pies de ancho y otros tres de altura), que da acceso a un pasadizo angosto. El discípulo y su guía recorren arrastrándose con dificultad. El guía va delante con una lámpara del saber humano que apenas alumbra su camino.
La palabra Pirámide viene de "PIR" equivalente a fuego, o sea, Espíritu.
La iniciación en la Pirámide equivale a la comunicación con los grandes misterios del Espíritu "La Unión en el Reino de Dios Interno con el Padre". Este fuego no es el fuego material, ni tampoco el fuego o luz de los soles, sino el otro fuego, mil veces más excelso, el del PENSAMIENTO.
La gran Pirámide Iniciática dentro de la cual penetraba el candidato, es el símbolo de nuestro propio cuerpo. ¿Dónde, en efecto, sino en él, nos iniciamos, más o menos a lo largo de la vida y de las vidas?
En esta Gran Pirámide Cuerpo, estamos iniciados evolutivamente hasta llegar a la condición de los Adeptos Divinos, iniciadores a nuestra vez, de los seres inferiores a nosotros.
Después de muchas angustias en pocos momentos, que al aspirante le parecen siglos, llega a una habitación de regulares dimensiones (dentro de la caja torácica). Allí le reciben dos iniciados (dos intercesores: el YO SUPERIOR Y EL ANGEL DE LA GUARDA. Ambos son creados por el mismo hombre con lo mejor de sus aspiraciones presentes y pasadas), a quienes no debe hacer ninguna pregunta. Pero el aspirante ignora esta prohibición, trata de pedirles explicaciones, mas se le informa que no debe malgastar el tiempo, ya que no obtendrá ninguna respuesta, porque los intercesores no son más que sus propias criaturas (y sólo el Dios Intimo es quien puede dar respuestas verdaderas).
Estos dos intercesores conducen el pensamiento al mundo interno y entran en un extenso corredor que conduce y termina por fin al borde de un precipicio profundo e insondable (el precipicio de las tentaciones de los deseos que conduce a la parte inferior del cuerpo físico; el aspirante debe ser tentado con esta prueba y debe bajar al pozo oscuro de su propio cuerpo).
Una luz (emanada del Yo Soy) puesta en el borde, le permite apreciar el peligro de una espantosa caída (cuando el pensamiento se dirige a este mundo inferior y se deleita en él). Mirando con atención, el aspirante distingue unas barras empotradas en un lado de la negra sima que aunque no sin riesgo, hacen posible el descenso (del pensamiento) por ellas a hombres de cabeza firme y ánimo imperturbable.
El aspirante prefiere bajar para no sufrir las dificultades del regreso. A bastante profundidad terminan los escalones de sus costillas, pero sin llegar todavía al fondo. En el último escalón (del vientre) busca la solución al terrible problema y entonces encuentra en la pared una abertura o una estrecha ventana y por ella podría entrar en otro corredor, todavía descendiente, pero en forma de espiral angosto. Al final de la pendiente del pasadizo, tropieza el neófito con una fuerte verja; la empuja y cede; pero, al cerrarse detrás de él, choca contra sus quicios y produce un fragor infernal.
Sigue adelante y otra reja le corta el paso. Al aproximarse ve que continúa un estrecho y bajo corredor sobre cuya entrada brilla este letrero: "Todos los que recorren este camino, solos y sin mirar atrás, serán purificados por el fuego, por el agua y por el aire. Si consiguen vencer el miedo (de la mente) a la muerte saldrán del seno de la tierra (de la profundidad del cuerpo humano) volverán a ver la luz (del Sol en el corazón) y tendrán el derecho de preparar el alma para recibir la revelación de los misterios de la Gran Diosa Isis" (Los misterios de la naturaleza humana).
Hasta aquí el aspirante, desde su entrada por la puerta de la Pirámide, o por su propio corazón, tuvo que caminar por cuatro corredores y estos corredores se comunican entre sí por estancias o verjas. El pensamiento durante su penetración en el mundo interno tiene que recorrer los cuatro corredores que unen y comunican entre los cuatro centros mágicos y poderosos dentro del cuerpo del hombre, que conducen a las cuatro etapas inferiores del mundo interno, siguiendo las leyes cósmicas de la involución; pero una vez llegado a la última etapa comienza nuevamente su ascenso después de ser probado en su evolución por el fuego, por el agua y por el aire.
El aspirante sigue el camino de la Iniciación.
Aunque nadie le ve, siempre está vigilado por sus intercesores y a la menor debilidad, acudirán presurosos y, por otros corredores le conducirán a la puerta de entrada para que se reintegre a la luz y a la vida exterior, no sin haber jurado que a nadie referiría lo ocurrido. El perjuro será castigado terriblemente porque este descenso a las etapas inferiores otorgan al aspirante los poderes de las tinieblas y ¡ ay de quien se atreve a comunicar estos poderes a los demás! y ¡ay de quien los utiliza para sus fines personales!
Al final del oscuro corredor encuentra el aspirante a tres iniciados que cubren sus cabezas y sus rostros con la máscara de Anubis. (Hay tres iniciadores que nos conducen en estas etapas antes de llegar al altar de los misterios Mayores: El Gran Iniciador, que es el Maestro Interno; el Iniciador Menor, que es el instructor mental y, el Iniciador Mediano, que es nuestro Poder de voluntad.)
Aquella puerta es en la Iniciación, la puerta de la muerte.
Uno de los enmascarados dice al aspirante: "No estamos nosotros aquí para estorbarle el paso. "Puedes seguir tu marcha, si los dioses te conceden elvalor que necesitas. Pero ten por sabido, que si transpuesto este lugar (y llegas hasta el fuego sagrado de tu Divinidad), y en algún momento retrocedes, aquí estamos para impedirte que huyas. Hasta ahora libre eres para desandar lo andado, mas si prosigues habrás perdido toda esperanza de salir de estos lugares sin obtener la definitiva victoria. A tiempo estás; decídete. Si renuncias, aún puedes salir por este corredor (que comunica con el mundo exterior) sin volver atrás la vista: si avanzas, sigue el camino que ves frente a ti (que conduce al centro de la médula espinal) por donde debes escalar hasta el CIELO. Este camino debes recorrerlo sin vacilación (si no quieres ser retenido en vuestro propio infierno). Escoge".
Al contestar el aspirante que nada le arredra, los tres guardianes, dejan pasar, cerrando la puerta (la cuarta). Otra vez queda solo en un largo pasadizo a cuyo extremo advierte un resplandor. A medida que adelanta, su luz se hace más intensa llegando a ser deslumbradora. Pronto llega a una estancia abovedada donde, a un lado y a otro, arden enormes piras cuyas llamas se entrecruzan en el centro (de la base de la columna vertebral).
Esta parte está cubierta por un enrejado incandescente. Los clavos apenas le permiten poner el pie en lugar seguro de quemaduras, y al recorrerlo no era sólo el peligro de padecer abrasado el que le amenaza, sino el morir asfixiado en aquel ambiente irrespirable.
Cerrando los ojos, el aspirante penetra en la ígnea habitación; pero ¡oh increíble encanto! Al tocar sus pies el enrejado fino, (cuando el pensamiento puro penetra sin temor en el fuego sagrado) las llamas desaparecen, las hogueras se apagan instantáneamente y el paso entre ellas se hace posible sin temor a afrontar una muerte espantosa. Y no se crea que se trata con esto de un mero símil, sino de una realidad tangible. En las entrañas misteriosísimas de nuestro cuerpo, como en las de nuestro Planeta arde, según la física, un gran fuego, y duerme según la Metafísica un fuego aún más intenso, es el fuego del Cósmico pensamiento. Estos fuegos ocultos a la mirada del profano, que vive fuera de su Templo, son vistas y sentidas solamente por el Iniciado.
El dominio de los tres cuerpos es necesarísimo para la última prueba que equivalía al coronamiento de toda la iniciación. Significaba la completa dejación de todo lo vulgar, lo terrenal, para alcanzar la suprema luz; la que sólo brilla ante los ojos cerrados por la muerte física.
Esta última prueba consistía en colocar al discípulo dentro de un sarcófago.
Echado dentro de él, tenía que pasar inmóvil toda una noche entregado a profunda meditación y a especiales rezos. En estas condiciones, realizaba la proyección de cuerpo ASTRAL, según los métodos que le habían enseñado, y su cuerpo invisible, arrastrado por las corrientes de los planos superiores, ascendía a las alturas donde le era dicha la última palabra, donde conocía el último secreto de la absoluta verdad. Al lucir el nuevo día levanta de la base del sarcófago un hombre distinto: un Adepto perteneciente a la suprema jerarquía de la INICIACION. Sus poderes eran indescriptibles, y susobligaciones y responsabilidades eran espantosas. Sólo un maestro de la Secreta Sabiduría podía ser capaz de afrontarlas.
La entrada en el mundo astral, necesita el dominio de los tres cuerpos arriba indicados, el aspirante debe ser puro en cuerpo físico, en cuerpo de deseos y en cuerpo de pensamientos o en otro término, en pensamientos, deseos y obras.
La verdad es interna y para llegar hasta ella debemos entrar en nuestro mundo interno y hacer de nuestro cuerpo físico un sarcófago. Por medio de la profunda meditación y la oración mental, el espíritu penetra en las corrientes divinas, asciende hasta el Padre quien "al vencedor le dará maná escondido; y le dará una piedrecilla blanca y en la piedrecilla un nombre nuevo escrito, que no sabe ninguno sino aquel que lo recibe".
El viaje y los elementos.
El viaje del héroe o candidato comporta, en la iniciación masónica de Primer Grado, enfrentarse a cuatro pruebas, representativas de los cuatro elementos hermético-alquímicos.
La prueba del Elemento Tierra es el desafío preliminar, previo al viaje propiamente tal y está representada por la estancia reflexiva en las profundidades de la Cámara. Es una invitación a transitar desde el Occidente (la realidad sensible) hasta el Oriente (la abstracción, la realidad inteligible).
La estancia en la Cámara hace tener presente la alegoría de la caverna de las ideas de Platón, es decir, la lucha por conseguir la anamnesis, reminiscencia o recuerdo de sí. Esta es una función clave, que haría recuperar el carácter operativo de una logia especulativa. Recordarse de sí mismo, tomar conciencia de sí, focalizar la atención para llegar al contacto íntimo, meditar, son sinónimos de la exigencia diaria de cada neófito para pasar a ser un hombre integrado espiritualmente. En otras palabras, corresponde a superar la fragmentación del ser en "egos" o "yoes", despejando las "escorias" alquímicas (metales impuros), para captar la luz o conciencia íntima (Uno Mismo).
La prueba del Elemento Aire es el primer viaje iniciático para superar la muerte ritual. Las trepidaciones y obstáculos al avanzar representan la confrontación de las ideas. La opinión o juicio propios deberán confrontar a la realidad y a la opinión general. Si nuestra visión mental no se acomoda a la porfiada realidad nos hará sufrir y amargarnos.
La prueba del elemento Agua es el segundo viaje iniciático. Representa una segunda forma de limpiarse de aquello que no fue capaz de erradicarse por el Aire. Es una invitación a serenar nuestras emociones y sentimientos, a dejar fluir sin atarnos a las pasiones, ni a los prejuicios ni a las odiosidades. Es la limpieza de la afectividad.
La prueba del elemento Fuego es el tercer viaje iniciático. Representa la energía interior que podrá ser canalizada en forma creadora, debido a que antes se han armonizado las ideas y las emociones. Por tanto, la energía interior está en condiciones de conectar con la Energía Universal representada por el fuego del Sol.
El ciclo de las pruebas y elementos se cierra permitiéndose al neófito recuperar la visión después de habérsele recordado su deber de caridad y hacérsele jurar el compromiso solemne del secreto.

Hoy día, ninguna escuela de misterio realiza las pruebas como se ejecutaban en la antiguedad. Mantienen si, este ritual pro de una manera más "moderna", más indicativa. Esta forma indicativa , en mi opnión, deja margen a que la experiencia sea asumida de un modo tangencial. En mi opinión todas las pruebas: aire, agua y fuegoson perfectamente realizables adaptándolas a nuestros tiempos pero sin restarle el carácter que en la antiguedad poseían. Estas pruebas eran un filtro y en mi opinión este filtro se elimina cuando hacemos de estas pruebas  algo "más vulgar", s decir, algo más accesible al vulgo. Las iniciaciones son más accesibles en estos tiempos y eso deja un margen muy amplio para que el "iniciado" acceda al ritual, lo supere, per sin tener la estructura mental, espiritual y corporal adecuada.

"Muchos serán los llamados y pocos los elegidos". Jesus de Nazareth

viernes, 21 de octubre de 2011

Presente Activo. Aprendiendo Del Miedo y Sobre El Miedo



Existen dos tipos de miedo: los objetivos y los subjetivos. Sobre el primer tipo de miedo, los objetivos, no tengo mucho que decir salvo que son racionalmente sanos: el mantenernos lejos de una serpiente venenosa, el cruzar con precaución una transitada avenida, el no transitar por calles oscuras en la noche, etc., son acciones sanas que tienden a preservarnos.

Los miedos subjetivos son otra cosa. Son intangibles y muchas veces no obedecen a razones lógicas y, como fantasmas, nos asaltan logrando su cometido: aterrorizarnos, enfermarnos, aislarnos.

Dentro de nuestro actuar hemos aprendido a construir zonas de “seguridad”, zonas de “confort” en las que nos sentimos inviolables, invulnerables, dentro de las cuales accionamos de manera “eficiente” y segura. Estas zonas son como cajas de cristal, nos mantienen aislados pero al primer shock la caja se quiebra dejando un cúmulo de vidrios rotos y una sensación de miedo, de indefensión, de vulnerabilidad muy alta.

Cualquier vivencia, experiencia o cosa que se salga de los parámetros o límites que contextualizan estas zonas de confort o seguridad, detonan nuestras inseguridades y nuestros miedos.

Nuestro EGO ama la seguridad y para el construimos elaboradas ego-zonas.

Cuando los miedos subjetivos se activan nos anulamos, nuestro desempeño físico y mental se ve, significativamente, afectado y tendemos a poner la totalidad de nuestra atención en lo accesorio, en lo que no es importante aunque tenga algún valor. El miedo tiene la capacidad de castrarnos, es un  inhibidor por excelencia que nos obliga a mantenernos “seguros”, evitando que exploremos nuestro potencial e impidiendo  que el proceso de autoconocimiento se desarrolle a fondo y de manera integral.

Incluso, hasta en lo moral, el ser humano lleno de miedo puede sacar lo peor de si. Ante el temor a quedarse sin trabajo, una comunidad “civilizada” puede sacar a relucir actitudes racistas  y arremeter contra aquellas minorías que, supuestamente, amenazan su seguridad. Muchas de las tragedias más atroces de la humanidad tienen su génesis en el temor.

Identificar nuestros miedos de forma conceptual o teórica, NO nos garantiza el poder sobreponernos de manera efectiva a estos miedos, NO nos garantiza una conección, un sentir, una identificación efectiva de sus causas y, en consecuencia, NO nos permite su desactivación.

Siendo que el miedo nos afecta en lo físico, en lo mental y en lo espiritual es a través de la acción integrada de estos tres aspectos como podemos implementar un método efectivo que permita anular los miedos subjetivos que habitan en nuestra psique.

Con el objetivo de conocer, entender, comprender y desactivar estos temores debemos aproximarnos a estos de manera integral. Cuerpo-Mente y Espíritu deben estar armónicamente ensamblados y activos al momento de encararnos con nuestros miedos. Presente Activo.

Cuando instalé, por vez primera, una línea en altura quedé sorprendido por el hecho de haberme visto imposibilitado de actuar, de caminarla. Con varios años haciendo esto, con una real pasión por la práctica del slackline, quedé anulado en esta oportunidad.

Mi ego estuvo amenazado y activó su mecanismo de defensa porque nuestro ego, si lo dejamos, se agiganta en lo seguro pero, si tomamos control,  se convierte en un enano en terreno desconocido. 

Aquella vez, experimenté una suerte de pared infranqueable que no podía explicar ni explicarme; minutos antes de intentar el cruce me encontraba físicamente bien, mentalmente quería estar bien, técnicamente había dominado líneas más complejas que esta pero a nivel del piso. Sin embargo, al encontrarme unos metros por encima del piso, específicamente 7 a 8 metros, no pude dar dos pasos sin que una fuerza intangible me detuviera.

Si mis temores subjetivos se activaron fue debido a que, en ese momento no pude accionar técnica para evitarlo, es decir, no pude actuar en el presente y no pude evitar que mis temores afloraran.

Sabía que la línea estaba bien instalada a pesar que usé un sistema propio, más simple que los propuestos, pero que de igual manera me daba la certeza que no se soltaría. La línea no se iba a romper, mi línea de vida estaba bien en su conjunto, entonces ¿que me impedía hacer el cruce?.

Toda esta reflexión se inició una vez que comencé a desinstalar el sistema y perduró por un par de días. Una fascinante veta se abrió para mi en la cual investigarme y aprender sobre mis dudas y mis temores.

Estando sobre la línea aplicaba demasiada tensión para equilíbrame y esto me impedía estar relajado en lo corporal y en lo mental. Cualquier ruido que se escuchaba en el bosque me robaba la atención y, entonces, se me olvidaba respirar y  mantenerme relajado.

Días después, regresé y, ya estando claro en el asunto, me concentré en el cruce.

Relajado monté la línea y me enfoque en mi respiración, específicamente en mi exhalación, de suerte que esta era muy profunda y lenta. Un paso después de otro, sin poner tensión excesiva en mis piernas, relajando todo, desde los dedos de las manos hasta los dedos de los pies, en especial, mi cerebro. Los sonidos del bosque estuvieron allí, pero esta vez me acompañaron más no me perturbaron.

El cruce se dio,  pude disfrutarlo y  me salí de mi habitual zona de confort que, en realidad, era mi habitual zona de castración Puede expandir un poco más mis límites aquel día y comprendí que para, efectivamente, ampliar esos límites debía estar confortablemente ubicado en el presente activo, sea lo que sea que se estuviera realizando. Enfocado e integrado  en cuerpo, mente y espíritu en ese presente  activo.

Ese día mi ego sufrió una derrota significativa al no poder activar sus mecanismos castradores de defensa.

En conclusión, solo actuando en el momento presente, de manera consciente, de manera integrada (cuerpo, mente, espíritu) es posible desactivar esos miedos subjetivos y sobreponernos a ellos. El solo identificar los miedos de manera conceptual o teórica no asegura el contacto necesario, el sentir necesario para desactivar esos miedos.

Solía tener una frase de esas que cuando la dices en algunos círculos aparentas ser alguien “especial”, decía así: No puedes llevar tu cuerpo ha donde tu mente no ha llegado.

Estaba en un error y si alguien sabía algo acerca de lo intentaba expresar, seguro fue indulgente al no descalificarme en público. Ahora pienso que la mente y el cuerpo llegarán a donde quieras, si y solo si, van juntas. La mente no llegará primero ni el cuerpo después o viceversa. No habrá un efecto milagroso producto de una suerte de visualización y luego, al momento de accionar, lo demás estará garantizado. No.

Es accionar en mente, cuerpo y espíritu en el PRESENTE ACTIVO.

Ninguna parte sigue a la otra a la hora de enfrentar nuestros miedos subjetivos, no existe dualidad en esto y solo existe UNIDAD. Y  el atractivo de las líneas de altura es este, conseguir la UNIDAD cada vez que nos encontremos sobre una sin importar que este a 10 o a 100 metros sobre el piso.

Por ejemplo, puedes pasar años leyendo y practicando un vuelo en ultraliviano, usando un simulador, imaginando y visualizando el vuelo pero el día que, de verdad, estés en el ultraliviano, cometerás errores que solo podrás superar una vez empieces a volar de manera real en el ultraliviano si es que lo logras despegar. De igual manera puedes leerte todos los escritos que existen donde te indican como vencer el miedo a la soledad a través de cual o tal técnica dictada por tal o cual maestro, puedes entender esos escritos, pero si no vives tu soledad, si no te pones en contacto con esta, si no la sientes, si no le dos la mano, no sabrás  a que le temes, no sabrás como usarla, cuando usarla y cuando no.

Algo que no dije en los párrafos anteriores es que los temores que me asaltaron, viejos temores por demás, tuvieron que ver con el miedo a fallarme, con el miedo a equivocarme. El estar solo en aquel bosque, incrementó ese temor, y mentalmente me preguntaba ¿Quién me ayudará si pasa algo?, a sabiendas que nada pasaría, me refiero a nada grave.

Un hecho que ayuda a conseguir una alta dosis de paz interna es el sobreponerse a los propios miedos. Somos nuestro peor y más implacable enemigo en tanto no ponemos en orden todas las energías negativas, especialmente, las energías surgidas de esos miedos subjetivos.

Y en esto, no hay mayores secretos, ni técnicas sofisticadas, ni recetas mágicas. Para sobreponerse a nuestros miedos tenemos que actuar de la mano con estos.

El problema más grave,  en el fondo, no es la presencia de estos miedos sino la falta de acción por nuestra parte. No nacimos con estos temores, estos fueron  aprehendidos y fortalecidos mientras fuimos creciendo en el marco de una familia, de una comunidad, de una sociedad, de un país, de  un mundo cuyos principales pilares son el temor y la mentira. Esta inacción deja libre a nuestros miedos para enquistarse cuales tumores en nuestro ser, asechando, esperando la oportunidad para tomar el control.

En tanto no interactuamos con los miedos, estamos en nuestra “segura caja de cristal”.

Actuar con el miedo tiene que ver con nuestro nivel de atención, con nuestro estado de concentración, es decir, con nuestra capacidad de estar y actuar en el presente (presente activo). Simple.

Actuando en este presente, estando en este presente, seremos capaces de desarrollar una doble vía, la que va hacia nuestro interior y la que va hacia el exterior y ambas vías de manera integrada hacen la Unidad.

¿Sientes miedo de la soledad?, actúa, abraza a esa soledad, entiéndela y verás, entre otras cosas, que todo el miedo que tenías era producto de la “costumbre”, esa costumbre que nos ha sido entronizada de manera inconsciente por la sociedad.

¿Le temes al cambio?, pero, ¡ si todo cambia!, ¿Cómo puedes abstraerte de esta realidad?. Actúa para que aprehendas que todo es cambio constante en el Universo y que ni  tú, ni yo ni nadie escapa a estos cambios.

Uno de los aprendizajes más trascendentales en mi vida ha sido el comprobar, al ser testigo presencial, que las personas que están próximas a morir y aún gozando de relativa buena salud, pierden el miedo a la muerte. A medida que van acercándose a esta trascendental vivencia, en ese estado de agonía, el miedo a morir no existe y el miedo a dejar desaparece. ¿Por que?, porque entre otras razones la persona que está muriendo tiene su total atención en ese hecho y aunque en algún instante puede atender asuntos de valor, ya no son importantes.

Así que, volviendo a asuntos más ligados al ahora, actuemos de manera integrada en cuerpo-mente y espíritu y  seremos capaces de quitarnos peso de encima al desactivar, de manera real, nuestros demonios, nuestros temores.

Deseo compartir algo de Andy Lewis, uno de los mejores slacker a  nivel planetario:

“Lo que he descubierto hace poco es que el miedo tiene su contrario. EL CONFORT”. Andy Lewis (Confesiones De Un Solo Integral).



He hecho, de estos cruces, algo recurrente. Es mi laboratorio, o uno de ellos, en el cual contacto las energías de miedo y duda par sobreponerme a estas. Un sentimiento de ligereza, de divina felicidad me embarga cuando termino un de estas prácticas.

Hay en mi vida una antes y un después a partir de ese día.

Este laboratorio es accesible a todos, es divertido, es aleccionador y es barato. En este laboratorio eres el profesor, eres el experimento, eres el control, todo depende de ti, de tu compromiso y de tus ganas de avanzar.

Cualquier parecido con la vida misma, no es casualidad.

sábado, 15 de octubre de 2011

Obstáculos en la meditación.¿Qué es la Meditación?



La meditación es una técnica en la cual una de los objetivos es aquietar la mente. A su vez esa calma y quietud que logra la mente, nos trae muchos beneficios más.

La mente tiene el control y dominio de nosotros, de nuestros pensamientos, sentimientos, actitudes, y acciones, durante todo el día.

La mente recibe un cúmulo enorme y constante de información a través de nuestros sentidos, que debe organizar y procesar. Aún cuando estamos durmiendo trabaja, ya que también durante ese período tenemos actividad psíquica, por lo tanto la mente nunca descansa.

Imagínense que la mente es como un océano, donde las olas  son los pensamientos que van y vienen constantemente, siempre en movimiento, o sea que no es fácil de dominar. Con la meditación podemos primero lograr aquietar ese océano, para poder entrar en aguas profundas y luego llegar a nuestro Ser Interior, a nuestra verdadera esencia.

Un objetivo conexo en  la meditación, es que nosotros tomemos control y dominio de la mente, para que esta se calme, apague el dialogo interno, se relaje, libere tensiones y recupere su estado natural: “Paz Mental – Calma - Silencio”.

Otro de los objetivos de la meditación es aprender a “ser más conscientes”de cada momento y de cada situación, ya sea: caminar, escuchar música, ir en el auto o en el colectivo, cocinar, etc. El Ser Conscientes es estar en el “aquí y ahora”, con la mente puesta en lo que esta pasando ahora, en lo que estás haciendo, sin pensar en otra cosa que no sea eso. 

Lejos estamos de “ser conscientes” si vamos manejando o si estamos almorzando  y pensamos en la presentación de mañana o en el mail que tengo que mandar.

Una tarea que nos ayuda a ser más conscientes del aquí y ahora, es dejar de realizar las cosas automáticamente, comenzando a tomar conciencia de cada movimiento, de cada sonido, de cada aroma, de cada gesto, y así poder disfrutar, vivir y sentir plenamente cada momento que vivimos. Hacer muchas cosas a la vez, aún haciéndolas bien, solo nos ubica en un estado de automatismo y si bien las hacemos ese estado de automatismo se refuerza debido a nuestro ego, a nuestra creencia  de ser mejores por ser capaces de realizar muchas cosas a la vez. La energía de sueño solo se profundiza cuando obramos de esta manera.

Otro objetivo de la meditación, es la posibilidad de  poder acceder a niveles más profundos de nuestro ser y entrar en contacto con nuestra verdadera esencia. Pero este objetivo no se logra si no se logra el estar en el presente con una mente callada, serena pero alerta.

La mente es como un músculo. Si la entrenamos se desarrolla si no la entrenamos no se desarrolla y hasta puede deteriorarse. 

Si estamos de acuerdo en que la meditación persigue ubicarnos en el presente, en el aquí y en el ahora de manera consciente, mantener una mente alerta, sosegada pero despierta, parar ese desgastante diálogo interno, se conscientes del presente sea o que se esté realizando (caminar, bailar, hablar, cocinar, trabajar) surge una pregunta obvia. ¿Puedo lograr esto solamente sentándome y concentrándome en la respiración, en un objeto, en un mantra?.

Si pretendo conducir un auto debo hacerlo en un auto. Sería ilógico e iluso pretender aprender a conducir sentándome en posición de loto para meditar sobre el acto de conducir, o  para meditar en la imagen de un vehículo.

Lo que deseo apuntar es que, vivimos en un contexto muy dinámico, donde los flujos de información son abrumadores, donde las fricciones y las tensiones son muy activas. 

La meditación debe proporcionarnos la capacidad para actuar  en ese contexto, de manera consciente, segundo a segundo.

Estoy acostumbrado a ver practicantes asiduos de meditación perder los estribos o vivir atemorizados cuando están fuera de sus prácticas o lugares de práctica. Estas personas se mantienen en “estado de “meditación”, solo cuando están sentados en un recinto calmado, agradable, pero cuando, por ejemplo, conducen en tráfico pesado o se desplazan en el colapsado subterráneo, pierden esa capacidad de meditar, de estar en el momento presente y se reflejan como personas inestables, stresadas, temerosas. ¿Qué es lo que falla?

¿Falla la persona o falla el método?, ¿será que desde que Sidharta Gautama consiguió la iluminación después de sentarse bajo aquel árbol, inmóvil, creemos que esta es la única vía?, ¿ese marco temporal y espacial en donde el Buda se iluminó es el mismo en el que vivimos?.

En mi opinión falla el método. Falla el como nos aproximamos a la meditación y como la implementamos. 

El tratar de alcanzar estados de consciencia  con el mismo método de Sidharta es lo que falla porque estamos y vivimos en tiempos y realidades diferentes a las que el vivió. No obstante, el sufrimiento, la ignorancia, la anulación del sentimiento siguen estando vigentes como problema y como posibilidades.

Meditación es acción, acción en el momento presente. Si es posible detener la oscilación del pensamiento, esa oscilación que nos lleva desde al pasado hacia el futuro mientras, por ejemplo, escribimos o conducimos o comemos, si es posible actuar con mente y cuerpo, sea lo que sea que se realice, de manera integrada, momento a momento, se está meditando.

El diálogo interno ha de cesar, se debe ser consciente de cada fibra del cuerpo, de cada olor, de cada sabor, de cada sonido, de cada movimiento, la meditación es DESPERTAR, es desarrollar de manera progresiva  EL SENTIDO DE SENTIRSE en el momento presente.

Confundir la relajación con la meditación es muy común. Si Ud. se sienta tranquilamente, en posición de loto, con incienso inundando el ambiente, si se sienta en un ambiente “meditativo” y desarrolla su práctica convencional, Ud. está haciendo una práctica más cercana a la relajación que a la meditación. Revise esto.

Si la meditación nos puede llevar a mantenernos en el momento presente, entonces es en el momento presente, sea lo que sea que estemos haciendo cuando debemos meditar.

Si no logra mantenerse en el momento presente, si no logra callar el diálogo interno, si los temores, las dudas siguen haciendo su trabajo, entonces ese método no le sirve.

Las prácticas de los caminos directos son como una terapia de shock, como una descarga de electricidad que lo despierta. Que lo hace encararse directamente y sin velos, sin teorías con su propia impermanencia, con su inmensa fragilidad pero, también, con su potencial Divino. No hay medias tintas en esto. En una práctica característica de un camino directo está ud solo, frente a sus temores, frente a sus dudas, frente a lo incontrolable o no de su mente, de su cuerpo.

Su ego sufrirá un golpe muy certero y duro.

Si, no es una práctica fácil pero es accesible a todos es porque todos tenemos las mismas posibilidades. 

NO deberos confundir el que sea una practica de un camino directo con la idea de que vamos a llegar y ya, todo será rápido, todo será inmediato. El camino directo es denominado así porque sus prácticas van directo a la mente, al espíritu, a la consciencia, pero puede ser muy arduo de transitar, puede requerir de un tiempo según sea su compromiso.

Por último y, por ahora, diré que muchas prácticas pueden ser adoptadas si Ud decide por el camino directo, muchas de estas prácticas parecen otras cosa menos una práctica espiritual o mística. Solo observe, mantenga la mente abierta y verá que esas prácticas son muy comunes, más de lo que se que cree y no necesitará que ningún Gurú, recién bajado de una montaña x, o salido de un monasterio x, se digne a enseñarle ese “secreto”.

Pero si daré este detalle: toda práctica que sea propia de un camino directo debe conducirlo a experimentar una suerte de  “muerte” y una suerte de renacer. Debe existir en Ud. un movimiento telúrico que mueva los cimientos de su mente, de su percepción, de su concepción de la vida misma. Si ud. realiza una de estas prácticas y no sale conmovido en su esencia, entonces no es una verdadera práctica que corresponda a este camino.

No es fácil, repito, pero lo otro, el pretender que sentados con los ojos cerrados vamos a despertar, es y ha sido un engaño. El DESPERTAR no tiene nada de romántico, no tiene nada que ver con la religión, ni con la vestimenta, ni con el marketing de la espirirtualidad. 


Como es arriba es abajo y como es abajo es arriba, todo cambio interno debe liderarse a través de cambios en lo externo, debemos ir de lo grosero a lo sutil porque acá el orden los factores si altera el producto

viernes, 14 de octubre de 2011

Obstáculos en la meditación



“Dado que los obstáculos dependen de la naturaleza de cada persona presentamos, a modo de resumen, algunos de los que consideramos más frecuentes:
·                                 Impaciencia. En nuestra sociedad vivimos principalmente desde la mente, así pues esperamos que algo suceda mientras meditamos y si no es así tenemos la sensación de perder el tiempo o de no estar haciéndolo bien. Esta actitud es la que impide que meditemos porque nuestra mente está activa, buscando o esperando algo, y lo que buscamos es serenarla, reducir su actividad para abrir paso a otras expresiones de nuestro yo. Así pues seamos pacientes y tengamos en mente que sentarnos a meditar siempre es positivo y tiene un efecto sobre nosotros, aunque no seamos capaces de percibirlo
·                                 Apego a los resultados. Muchos son los que habiendo leído los beneficios que se derivan de la práctica asidua de la meditación se adentran en ella. Ahora bien, nos hemos acostumbrado a trabajar por cosas que dan resultados a corto plazo, y la meditación no da esos resultados de los que se habla en los libros a corto plazo (aunque sí otros como ya hemos comentado). El querer obtener los beneficios antes de tiempo nos lleva a la desmotivación y después al abandono. Así pues, sabiendo que la meditación da resultados desde el primer momento en que nos sentamos, no nos apeguemos a los grandes beneficios y sepamos ir valorando los “pequeños” (aunque yo no diría tan pequeños) beneficios que nos va aportando.
·                                 Falta de disciplina. En otras clases hemos comentado la importancia de crear un hábito (horarios, lugar, etc.) para que la mente identifique los patrones y se predisponga a meditar. La falta de disciplina impide que estos patrones se creen, dificultando el progreso en la meditación y minando nuestra moral, teniendo por último resultado el abandono.
·                                 No seguir la técnica. En los primeros años de meditación seguir una técnica fija para meditar nos ayuda a generar el hábito que predispondrá a nuestra mente a meditar. Así pues una vez que hemos comprendido el sentido de la técnica acojámoslo y cuando dominemos la meditación podremos prescindir por completo de él, porque aquello será en nosotros de una manera tan clara y evidente que pequeños signos nos predispondrán a tal estado.
·                                 Postura inapropiada. Para poder serenar la mente el cuerpo tiene que estar en una postura cómoda(que no haya tensiones y que podamos mantener durante largo tiempo). Además la postura ha de asegurar un correcto fluir de la energía por el cuerpo, especialmente en la columna vertebral.
·                                 Hábitos mentales y físicos. Si tenemos poca costumbre de concentrar la mente (ya sea a través de la lectura u otras actividades) nos resultará más complicado meditar. Así pues, apaguemos de vez en cuando la radio y la televisión y dejemos que la mente se relaje adentrándose con las actividades cotidianas que lo permitan (limpieza de la casa, cuidado de plantas o animales, cocinar, etc.). Las personas muy mentales encontrarán más dificultades para meditar que aquellas que tienen una conexión más fluida con su sentimiento. Una vida externa sobrecargada de movimiento físico tiende a promover una mente agitada e inestable.
A medida que nos sentamos a meditar observamos como todos estos obstáculos aparecen y, tras la toma de consciencia apropiada y la concentración correcta, desaparecen con el tiempo, haciendo de la meditación una actividad placentera y renovadora, que vitaliza nuestro ánimo y nuestras emociones positivas”.
Estando de acuerdo con la mayoría de los puntos anteriormente expuestos, desearía comentar  el segundo punto: “Apego a los resultados. Muchos son los que habiendo leído los beneficios que se derivan de la práctica asidua de la meditación se adentran en ella. Ahora bien, nos hemos acostumbrado a trabajar por cosas que dan resultados a corto plazo, y la meditación no da esos resultados de los que se habla en los libros a corto plazo (aunque sí otros como ya hemos comentado)”.
Ciertamente, uno de los signos de nuestro tiempo es, la persecución de lo inmediato, la búsqueda del resultado sin esfuerzo y de forma instantánea. Dicho esto, también existe otra cara de esta moneda y es el de la promesa de llegar a obtener, a ser, a estar para lo cual el período de tiempo es indeterminado en la mayoría de las veces.
Creo en lo evolutivo, en la progresión natural de las cosas. Pero, debo aceptar que existen caminos, unos más directos que otros, pero no por ellos más sencillos o accesibles.
En la meditación, todo depende de nuestro “esfuerzo”, si es que cabe esta palabra cuando nos referimos a meditar. Es decir, todo depende de nuestra sinceridad en la práctica, de nuestra constancia, de nuestro amor por la práctica. Pero si existe algo que desmotiva a las personas es el de no ver resultados tangibles cuando asumen una práctica de meditación.
Hasta ahora, los métodos de meditación que solemos conocer son métodos progresivos, cuyos resultados son producto del tiempo, de la práctica, de la constancia. Hay caminos, como escribí, más directos pero que no por serlo carecen de la necesidad de ser constantes, de ir de la mano con el tiempo, de una mente dispuesta a confrontar un infierno y de un corazón inmenso para amar lo que se hace.
Meditar lleva a la serenidad de la mente, a callar el diálogo interno , a estar en el presente.
La meditación describe la práctica de un estado de atención concentrada, sobre un objeto externo, pensamiento, la propia consciencia, o el propio estado de concentración.
La meditación se caracteriza normalmente por tener algunos de estos rasgos:
§                     Un estado de concentración sobre la realidad del momento presente
§                     Un estado experimentado cuando la mente se disuelve y es libre de sus propios pensamientos
§                     Una concentración en la cual la atención es liberada de su común actividad y focalizada en Dios (propio de las religiones teístas)
§                     Una focalización de la mente en un único objeto de percepción, como por ejemplo la respiración o una recitación de palabras constante.

La meditación no solo puede tener propósitos religiosos sino estar también enfocada al mantenimiento de la salud física o mental, e incluso propósitos de conexión cósmica para encontrar respuestas a preguntas universales que a lo largo de la Historia el ser humano ha tenido. Existe una amplia variedad de guías y enseñanzas para la meditación, que van desde las que aparecen en las religiones hasta las terapéuticas pasando por las propias ideologías de ciertos individuos. Estudios científicos han demostrado que algunas técnicas de meditación pueden ayudar a mejorar la concentración, la memoria y mejorar el sistema inmunitario y la salud en general. Pero , para muchos, la meditación es el camino para el conocimiento del mundo espiritual y requiere especiales ejercicios.

Los caminos “directos”, son poco usados puesto que implican una serie de riesgos que, muchos consideran innecesarios tomar. Aquellos que hayan leído a Carlos Castaneda, observarán en su literatura, la aplicación de un camino directo por parte de Don Juan Matus. El uso de psicotrópicos, en especial el Peyote, fue usado en Castaneda para mostrarle una realidad aparte de la que el tenía y en la cual estaba totalmente posicionado, lo cual le impedía “Ver.
No estoy de acuerdo con el uso de psicotrópicos, elemento usado en muchas culturas ancestrales y que linda con las prácticas chamánicas  y no los considero el único medio para acceder al camino directo en la meditación.
En lo personal, defiendo los caminos directos, no por la búsqueda de resultados inmediatos sino porque aún existiendo en estos métodos una progresión, una evolución, una preparación para acceder a ellos, son caminos que no dejan lugar a dudas, que no ofrecen margen de error y en los cuales, los errores, las dudas y los temores son elementos que enseñan muchísimo. En algunas  prácticas, las cuales considero propias de un camino directo, se precisa de una férrea voluntad, de un corazón firme, de una convicción inalterable y de un amor por la búsqueda sincero y honesto. La línea recta, sigue siendo el camino más corto entre dos puntos.
Un discípulo preguntó a su maestro como meditaba, a lo cual el maestro respondió: “Como cuando como, duermo cuando duermo”. ¿No es esto un camino directo?
La paradoja es que para acceder a un camino directo hace falta recorrer un largo camino.

La Importancia de la Respiracion en el Yoga.





"La respiración es una de las cosas más importantes en Yoga. La respiración regula su estado mental, sus emociones, su concentración, etc. Si usted tendría que escoger en aprender solamente una cosa en Yoga, escoga aprender a respirar.“Si tu controlas la respiración, controlaras todas las situaciones en la vida” –Yogi Bhajan
Si la respiración afecta nuestro estado mental, emociones, concentración, niveles de estrés, y sueño. El aprender a respirar de la forma correcta nos hará sentirnos más sanos, calmados, y preparados para afrontar situaciones estresantes. Además le hace a uno sentirse incluso mejor. La forma correcta de respirar es empujar el abdomen hacia fuera en la inhalación, y dejarlo volver hacia adentro en la exhalación.
Yoga - Como Respirar Apropiadamente :El diafragma es la membrana que separa los pulmones del estomago. Cuando nosotros respiramos nuestros pulmones se llenan de aire empujando el diafragma hacia bajo lo cual hace que el abdomen salga hacia afuera. En la exhalación el abdomen vuelve hacia dentro de una forma natural (sin empujar).Para estar seguros de una respiración correcta debes dividir la respiración en tres partes, bajo abdomen, medio abdomen y alta pecho.Cuando inhalamos, primero tenemos que llenar con aire el bajo abdomen, luego el medio abdomen y lo ultimo el pecho. Cuando exhalamos el aire del pecho va primero, luego el aire del medio abdomen y por ultimo el aire del bajo abdomen. Físicamente empujamos el abdomen fuera cuando inhalamos y lo metemos cuando exhalamos aunque cuando lo haces correctamente no es necesario empujar el abdomen hacia dentro. Es hecho sin esfuerzo. No hay otra manera de que vuelva hacia dentro.Es lo mismo que cuando llenamos un vaso de agua (inhalación). La primera cosa que se llena es el fondo del vaso (bajo abdomen) luego la mitad del vaso (medio abdomen) y lo último seria el tope del vaso (pecho). Cuando bebemos el vaso de agua (exhalación). Primero bebemos el agua del tope (pecho) Segundo el agua que hay en la mitad del vaso (medio abdomen) y por ultimo el agua del fondo (bajo abdomen).
Debido a la presión social a la mayoría de la gente respira de la forma contraria.Los estudios nos muestran que hay alrededor de un 40% de personas que respiran incorrectamente. Respirando de una forma incorrecta por largos periodos de tiempo, se pueden desarrollar en el futuro diferentes enfermedades.Si conscientemente forzamos el abdomen fuera en la inhalación alrededor de tres veces tu cuerpo lo empezara a hacer de manera natural.
El cerebro sigue la respiración. Si tú eres capaz de respirar de 1 a 4 veces por minuto se dice que experimentaras el llamado “estado meditativo”. Una inhalación y una exhalación se cuentan como uno. No se trata de mantener la respiración dentro o fuera, se trata de respirar largo y profundo. Muy despacio, usando la total capacidad de tus pulmones y exhalando completamente.La mejor manera de llegar a esto es poco a poco. La capacidad de los pulmones empieza a extenderse y como consecuencia tu mente consigue calma, mas balance, puedes concentrarte mejor y por tanto tomar mejores decisiones.
La magia comienza cuando dominas la exhalación. Parece que durante la inhalación la mente se calma y uno puede sostener una respiración larga, sin ahogos. Pero durante la exhalación hay una urgencia natural por expulsar el aliento fuera e inhalar de nuevo lo más rápido posible. Cuando esta tendencia natural se logra calmar la persona consigue una paz interior. Esta persona puede acceder (al alto) estado de la conciencia."

Interesantisimo. http://taniayoga.blogspot.com