Para caminar sobre la cuerda floja (slackline), se necesita estar atento, relajado y respirar muy calmada y profundamente.
Hace ya algún tiempo, experimenté una situación de stress de la cual salí ileso y con una gran prueba de lo que esta práctica sobre la cuerda floja puede aportar. Poseo alguna experiencia en artes de combate, artes que no practiqué más desde hace mucho tiempo.
No obstante, hay información en mi subconsciente sobre las técnicas que usualmente se realizan en estas disciplinas.
Dicho esto, les relato la experiencia:
Subí caminando al parque, como es usual, para hacer un poco de slacklining y de yoga.
El parque tiene su entrada principal más yo, no usándola, me internaba en el bosque y a través de un camino corto, con vegetación muy densa, para llegar al sito de mi práctica.
Ese día, al llegar al sitio donde abandonaba la carretera para tomar el sendero, vi. a un motorizado; su actitud me llamó la atención, más no tomé consciencia de lo que posiblemente hacia en ese sitio. Subí por el sendero y realicé mi práctica. En cierto momento, el parque comenzó a ser más y más concurrido por los visitantes, comenzaron las piñatas, las parrillas, algo de música y, entonces, decidí retirarme.
Caminé un corto trecho que me llevaba al sendero tomado para mi ingreso y súbitamente, al internarme en la vegetación, un revolver me apuntaba a la vez que escuchaba una voz, salida de un rostro enmascarado, que decía: “quieto o te mato, ven , acércate, sube las manos”.
No reaccioné, y de inmediato comencé a observarlo. Tenía bajo mi franela un cuchillo de cuello (neck knife) y una parte de mi estaba muy atenta para sacarlo y tal vez enfrentar al asaltante. El muchacho colocó su arma en mi cabeza, en la parte posterior, a la vez que trataba de tocar, con su otra mano, el bolso que llevaba en mi cintura.
En ese momento, ese algo dentro de mí, me dijo: es el momento. Pero segundos antes de iniciar lo que se suponía era mi reacción, mi contra ataque, vi que se acercaba otro asaltante: -Que joder, son dos y tal vez más, mejor me quedo tranquilo- pensé.
Me llevaron al bosque y me unieron a una pareja que ya habían asaltado, estaban aterrados y muy nerviosos; comencé a calmarlo sin perder de vista al asaltante que torpemente o deliberadamente paseaba su arma frente a mi cara.
Pensé que estaba en una suerte de cuerda floja y comencé a respirar, a relajarme dentro de lo que podía mientras me quitaban el teléfono celular y el cuchillo. Al ver la línea, los mosquetones y lo demás, no le prestaron atención, sin saber que todo eso costaba más que el teléfono y que el cuchillo, pero bien.
Los asaltantes bajaron, tomaron la moto que había visto en la mañana y huyeron. Fin del asunto. Salimos del bosque, acompañé a la pareja hasta el guardaparques, ya que no tenían zapatos y, una vez terminado esto, me fui a casa.
Aprendí varias cosas ese día:
1.- “No dejar camino por vereda”. Obvio pero se suele olvidar.
2.- Si te encuentras en una situación parecida, es mejor relajarse y tratar de sobrevivir. No hay nada que se pueda hacer ya que el factor sorpresa que los delincuentes usan, funcionó y todo lo que intentes hacer tienen muy poca probabilidad de funcionar.
3.- ¡ Que importante es respirar!. Respirar de forma calmada y profunda como suelo hacerlo mientras camino la cuerda floja, me ayudo a mantenerme atento, enfocado, calmado y, de esta manera, pude transmitir algo de esto a los asaltantes logrando bajar su agresividad inicial. También, mediante mi respiración pude controlar ese impulso de reaccionar, de sacar el cuchillo y hacer algo ( una locura tal vez).
4.- Ese día amé el slackline. A medida que avanzas en su práctica te proporciona un control y una relajación inigualable. Y la forma de activar esto es mediante una respiración profunda y calmada.
Todos los años de entrenamiento en artes de combate no evitaron que me viera en esa situación, pero el slacklining permitió mantenerme enfocado y salir ileso.
He tomado, alguna que otra vez, el mismo sendero. No obstante, la mayoría de las veces suelo entrar por la entrada principal evitando así situaciones de stress.
Ese día estuve dos veces sobre la cuerda floja. En la primera todo dependía de mi pero en la segunda hubo factores que si se salían de control terminaría como uno más en las estadísticas (herido o muerto). En la segunda, me enfoque en mantenerme calmado, relajado y atento, no desafiando a los agresores pero mostrando firmeza y nada de temor.
La vida en la cuerda floja, cuanta similitud hay entre caminar un slackline y vivir en un entorno donde cualquier cosa puede suceder.
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